miércoles, 6 de agosto de 2008
No alcanzó!!!!!
En la semana antes del partido, Diego Piñiero asumía el peso de lo que estaba en juego. Decía que no tenía definido el equipo (sin embargo, le gusta mantener la base de los últimos partidos), que en las finales no se puede resignar nada y que el partido era determinante. Esa teoría, como nunca, respondía a una realidad concreta: el ascenso. "Tengo mucha energía, sobre todo porque hay un proyecto interesante para este club", cuenta. De todos modos, la planificación quedaba sujeta a la letra chica, esa que habla de las contraindicaciones por si algo saliera mal. "Nunca se me cruzó por la cabeza, soy optimista, ascendemos a Primera". No obstante, los deseos del DT no se hicieron realidad.
La gran cantidad de hinchas del Napoli que fueron a ver el equipo, se amontonaban en la cancha 3 de Villa Borghesi. A un costado, los futbolistas que precalentaban, observaban detenidamente lo que sucede a su costado, esa pasión celeste. El equipo se jugaba el ascenso frente a Fortín que, al contrario del Napoli, traía un objetivo más accesible: obtener al menos un empate. Porque Fortín llevaba el plus de la discutida ventaja deportiva.
Fortín vino con su tribuna no tan populosa y jugaron con astucia para quedarse. Tuvieron oportunidades claras para lograrlo. Más que las de Napoli, que no supo aprovechar la supuesta tranquilidad que debía ofrecerle el gol de ventaja del Pulpo a los 20 minutos.
El equipo formó con Guille al arco, cuatro defensores: el Zurdo, Julio, Ema y Gero. En el mediocampo, doble cinco con Martin y Maxi, y dos volantes laterales: Nacho por izquierda y el Pelaco (fue su último partido?) por derecha. Arriba el siempre peligroso Pulpo y el Japonés que quería lograr el ascenso en su último partido con la casaca celeste ya que se va a probar suerte al exterior.
Fortín dispuso una estrategia incluso más ofensiva que de ordinario, y dejó todo el peso del partido en las manos del Napoli. El bombeo de balones no se mostró efectivo durante el primer tiempo, en el cual Gerardo Freire y el Zurdo sujetaron perfectamente a los puntas de Liniers, y sólo las penetraciones del Pulpo (que jugó más de un jugador de toda la cancha mas que de centro delantero) crearon un cierto peligro. Cabe destacar la garra que puso el equipo del sur de Italia desde el comienzo. Aunque fue solo eso, fue pura fuerza. Una buena maniobra de Maxi Diana terminó en un centro para que rematara el goleador solo frente al arquero, marcando la apertura del tanteador. Esto permitió desatar un festejo masivo y conmovedor por una conquista, aunque sea por un momento. Conquista al fin, tuvo el marco y el sonido de un título de campeón en una cancha repleta de voces, temores y banderas.
El Napoli festeja el primer gol del partido. El arquero rival mira desconsolado.
No alcanzó.Sin embargo, solo cinco minutos después, una jugada absurda cambió el signo del partido: un inexistente roce en el área entre Gerardo Freire y el rubio número 8 del Fortín, luego de que este baje la pelota con la mano, acarreó la inmediata e injusta sanción de la pena máxima. Penal para el Fortín y polémica. El equipo entero se abalanzó al árbitro y al juez de línea. Si bien este último vio la mano, arrugó y fue cómplice de Yayo. El conjunto italiano puso toda su fe en el penalty y en Guille que ya había atajado un penal contra Azules de Mayol en la segunda fecha. Sin embargo, el volante del equipo de Liniers con la casaca número 2 desde los once metros ajustó su disparo alto al poste izquierdo de Guille, imposible para el portero. El gol que marcaría el resultado definitivo: 1 a 1.
El segundo tiempo comenzó de igual modo, con un ambiente netamente favorable a los del Fortín, pero con el centro del campo azul cortocircuitado por el 4-4-2 de Diego Piñeiro (gran ausente del partido) y el trabajo incansable del mediocampo. Sin embargo, el Napoli se quedó sin piernas. Las sustituciones no sirvieron y no hicieron más que empeorar la situación napolitana que no encontraba la pelota ni el rumbo. Y sí, el penal seguramente no fue, pero es casi imposible ganar si el equipo no supo mantener el orden en el segundo tiempo. Se vio desesperado al no encontrar ideas. Faltó creación en el medio. Esto provocó que el equipo se desarmara y vaya hacia delante sin sentido, dejando enormes huecos en el fondo. Esto sin duda fue aprovechado por el Fortín, que tuvo más espacios y gracias a sus rápidos delanteros hizo tambalear la defensa celeste. Pudo haber agrandado el marcador, pero no lo supo definir. Varias pelotas salieron desviadas y otra pegó en el travesaño.
Se luchó mucho en el final, como debe ser una Promoción. Desprolijo, ya no había lugar para el análisis. Tal vez Napoli mereció mejor suerte, pero las finales se ganan (o se empatan), y fue Fortín el que la ganó. Puro corazón los de Liniers, que edificó su permanencia en Primera.
Yayo pitó el final y brotaron las lágrimas desde todos los sectores. Se quedó Napoli. Con su público desbordante, no fue menos que su rival. En un partido de escasos atractivos técnicos. Como si no hubiese podido controlar el nerviosismo que le provocaba el ascenso a la máxima categoría. Napoli sigue siendo del Nacional B y el ascenso es sólo un recuerdo agrio. Sin dudas que se deberá trabajar mucho para volver a encontrarse en esta situación el próximo campeonato.
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